INTRODUCCIÓN

Narrador externo.

Volver de las vacaciones se hace pesado para todos, los pasillos del Norwest Christian College se colapsan con estudiantes. El director, el señor James, tiene que intentar poner orden en más de una ocasión aunque con pésimos resultados. Suena el segundo timbre, el que indica que quien en un periodo de 5 minutos llegue tarde a clase será sancionado.

Las puertas de la escuela se abren y un chico corre hacia su taquilla mientras no deja de repetirse a si mismo “mierda, mierda”. Deja sus cosas y agarra el libro de literatura, la clase de primera hora, y vuelve a salir corriendo como alma que lleva al diablo hacia su aula.

Ella se queda observando como se marcha, como cada mañana desde hace meses, aunque jamás dejaría que nadie se diera cuenta. Ríe por lo bajo por la impuntualidad del muchacho y coge sus pertenencias antes de irse a clase deprisa.

POV ASHTON

-Joder, hoy el señor Robberson me mata.

Giro la esquina derrapando y agarro el pomo de la puerta mientras observo como el profesor se sienta en su silla, creo que he llegado a tiempo al final, no podrá decirme nada.

-¿Se puede?- pregunto haciendo acto de presencia.

 -Llegar antes señorito Irwin, se que a usted el mundo de la literatura no le puede fascinar mucho pero que menos que llegar a su hora.

 -Lo siento.

Entro cabizbajo y me siento junto a Michael, me señala la pagina por la que vamos con el dedo y la busco en mi libro mientras doy un largo suspiro.

-¿Sabanas pegadas?

 -Despertador retrasado.

Michael sonríe elevando una ceja y se coloca bien su gorro de lana.

-¿Puedo pasar señor Robberson?

 -Mira, tu amiga- Michael señala hacia la puerta y no puedo evitar poner los ojos en blanco.

 -Tu hoy te has despertado muy simpático por lo que veo.- ironizo.

 -¿Tiene alguna predilección hacia el señorito Irwin, señorita Doyle?, ambos llegan impuntuales.

Alisson me localiza con los ojos y pone cara de asco, niega la pregunta del profesor.

-Para nada.

 -Corra y siéntase.

Pasa por mi lado para sentarse junto a su mejor amiga y escucho uno de sus típicos “idiota” que deja caer.

-Pija.- ella refunfuña y toma asiento, sonrío falsamente y vuelvo a mi libro.